Cuando escuchamos hablar de trastornos de la conducta alimentaria, quizás lo primero que se nos viene a la mente es la anorexia y, tal vez, la bulimia.
Si bien es cierto que estos dos desordenes son los más conocidos y los más prevalentes en la población, de un tiempo a esta parte se está produciendo un enorme crecimiento de otros trastornos relacionados con la alimentación, menos conocidos, pero igualmente peligrosos. La meta de artículo de hoy es presentaros brevemente cuatro de estos desordenes del comportamiento alimentario más minoritarios:
VIGOREXIA: es un trastorno caracterizado por la obsesión de verse musculoso. Son personas, mayoritariamente hombres, que se miran constantemente al espejo, visitan frecuentemente la báscula y dedican casi todo su tiempo a ir al gimnasio, con lo que abandonan sus actividades sociales. Estas personas acostumbran a llevar una dieta muy rica en proteínas y a consumir gran cantidad de suplementos nutricionales con objetivo de aumentar la masa muscular. Un riesgo asociado a este desorden es el posible consumo de anabolizantes, hormonas de crecimiento y demás sustancias dopantes. Por más entrenamientos que realicen, o musculatura que consigan, siempre se ven débiles, enclenques y carentes de cualquier atractivo.
ORTOREXIA: consiste en una obsesión por los alimentos “biológicamente puros”. Las personas afectas sufren una excesiva preocupación por la comida sana, que llega a ser el objetivo principal de su vida. Suelen descartar de su dieta carnes, grasas, alimentos cultivados con pesticidas, transgénicos y hasta cualquier alimento que haya sufrido algún procesado. Estos enfermos esperan obtener todo tipo de beneficios físicos, psíquicos y morales con su dieta, lo que les lleva a tener una dependencia parecida a las drogas. Estas personas dedican gran parte del día a pensar y planificar su dieta para que sea lo más “sana” posible. Paradójicamente suelen presentar deficiencias nutricionales derivadas de una alimentación desequilibrada.
BINGE EATING O TRASTORNO POR ATRACÓN: se caracteriza por atracones de comida recurrentes en ausencia de la conducta compensatoria típica de la bulimia nerviosa (autoinducción al vómito, abusos de laxantes u otros fármacos, ayuno y ejercicio físico excesivo). Durante estos episodios, la persona afectada ingiere de forma incontrolada grandes cantidades de comida, generalmente en menos de dos horas, pudiéndose llegar a tomar en estos atracones hasta 20.000 calorías. Estas personas pierden totalmente el control y comen hasta quedar-se desagradablemente llenos aunque no tengan hambre, lo que les hace sentir tremendamente culpables después del atracón. Estas personas están más predispuestas a sufrir obesidad, problemas digestivos, diabetes, colesterol, hipertensión, problemas cardíacos…
MEGAREXIA: el trastorno más recientemente definido y probablemente el más desconocido. Los megaréxicos son personas obesas que sufren una alteración de la percepción de la realidad y que al verse al espejo se ven delgadas. Sería una patología totalmente opuesta a la anorexia. Estas personas acostumbran a llevar una alimentación rica en grasas, azúcares y comida basura, no obstante, se creen que están perfectamente saludables. La sociedad no es conocedora de este desorden, lo que dificulta su diagnóstico, prevención y tratamiento. Se desconoce el porcentaje de persones afectadas, pero al parecer puede ser mucho más extendida de lo que cabría esperar.
Si os ha interesado el presente artículo, y queréis conocer más acerca de estas alteraciones alimentarias, os invito a visualizar una ponencia titulada “De la obesidad a la anorexia. La virtud del equilibrio.”