El primer tema de esta serie que me gustaría tocar es la creencia, cada vez más extendida, de que comer la fruta después de la comida, es decir, de postre, engorda.
Seré claro y tajante: el orden en que se ingieren los alimentos no influye en el total de calorías diarias. Una fruta, sea cual sea, aporta la misma energía si se toma sola, o si se toma antes o después de las comidas. Este mito no tiene ningún tipo de sentido físico: es totalmente imposible que una fruta, o cualquier alimento, engorde más por el hecho de haberlo comido de postre.
El organismo no entiende de alimentos, lo único que ve son nutrientes (hidratos de carbono, proteínas, vitaminas, etc.). Cuando ingerimos alimentos todos ellos van al estómago de la misma manera, se mezclan entro ellos y con los jugos gástricos, con el objetivo de empezar a desfragmentarse en los nutrientes que los componen. Al sistema digestivo le da igual el orden de los alimentos, le da igual si la fruta se la das antes o después de una comida, pues todo va a ser mezclado y gestionado del mismo modo. El hecho de comer la fruta de postre es totalmente cultural.
Existen, además, dos discursos que suelen acompañar a este mito para intentar darle más fuerza. El primero de ellos es afirmar que si se toma la fruta antes de la comida se aprovecharan mejor sus vitaminas y minerales. De manera breve y entendible comentaré que el cuerpo absorbe de la misma manera los nutrientes tanto si se toma juntos como separados, no se hacen la competencia, existen mecanismo de asimilación específicos para cada uno de ellos. Es más, algunos nutrientes, si se toman juntos presentan efectos sinérgicos (multiplicación de efectividad).
El segundo de los argumentos que comentábamos es el de creer que la fruta si se toma en el último lugar de la comida, permanece en las partes superiores del estómago y allí fermenta. Francamente no sé como tomarme esto. No sé qué ha dado pie a esta idea. Como ya hemos aclarado anteriormente, al llegar los alimentos al estomago se mezclan entre ellos haciendo una masa conjunta. El estomago no esta dividido en “pisos”, donde los alimentos se van quedando según su orden de llegada. Este argumento es una aberración a los conocimientos más básicos de biología humana.
Para terminar, me gustaría comentar la única situación en la que tendría sentido ingerir la fruta antes de la comida (y no tiene nada que ver con las creencias antes vistas). En situaciones de sobrepeso puede ser ventajoso tomar la fruta en primer lugar, pues se trata de un alimento rico en agua y fibra que va a producir un efecto saciante en la persona, con lo cual puede ser una ayuda para no ingerir posteriormente tanta cantidad de comida.
Espero que haya quedado claro todo este asunto y que haya podido ayudar a alguien a hacerse una idea veraz y fidedigna. En unas semanas intentaremos aclarar otro de los mitos alimentarios más populares.