La nutrición aplicada al deporte es una disciplina que gana en importancia día a día. Ha quedado claro que es parte ineludible del entrenamiento deportivo y que puede determinar el rendimiento del deportista. Es por estos motivos que cada vez la figura del dietista especializado en nutrición y deporte se hace más imprescindible en gimnasios, instalaciones y clubes deportivos.
No obstante, paralelamente se está pudiendo ver también un auge de malas ideas y malas prácticas en deportistas. Existen en este campo muchas habladurías y verdades a medias. No es inusual que, en el proceso de confraternización que generalmente acompaña la práctica de ejercicio físico, monitores y compañeros intercambien consejos nutricionales que “a mi me han funcionado muy bien” o que “he leído que es lo mejor”. Y no digo que no deba existir este sistema de compartir experiencias, pues puede llegar a ser muy enriquecedor, pero cabe resaltar que cada persona es un mundo, y que porqué a un amigo le haya ido muy bien un plan nutricional concreto no significa que a nosotros nos vaya a ir igual de bien. El consejo del experto en nutrición deportiva es irremplazable, pues él será quien evalue el tipo de pauta dietética más adecuada para cada persona y cada disciplina deportiva.
Donde existe un mayor vaivén de información de poco fiar es Internet. Existen páginas web dedicadas a la musculación, el fitness y la alimentación del deportista que transmiten ciertos consejos muy alejados del ideal de salud. Una manera fácil y rápida de comprobarlo es entrar en cualquier foro que trate sobre nutrición deportiva; uno se puede quedar de piedra con las sugerencias que se llegan a escribir: comidas consistentes exclusivamente en pollo y arroz, batidos formados por veinte claras de huevo, no ingerir ningún tipo de grasa, substituir comidas por aislados de proteína pura o la curiosa creencia de que el plátano es muy importante para el deportista por su alto contenido en proteínas…
Y es quizá el tema de las ayudas ergogénicas (suplementos dirigidos a aumentar la prestación deportiva) con el que se tiene que ir con más cautela. La oferta de productos y marcas existentes es enorme, pero hay que decir que en muchos casos las evidencias científicas de sus efectos son muy escasas. No hay que olvidar que la venta de estos productos no deja de ser un negocio (que por cierto ingresa grandes sumas de dinero) y que a veces la publicidad agresiva, prometiendo cuerpos diez, puede nublar el juicio del comprador. Hemos llegado a una situación en que estos suplementos están al alcance de todos: se pueden encontrar en tiendas de productos dietéticos, farmacias y gimnasios, se pueden comprar por correo y por Internet, y ahora también nos los encontramos en sitios tan concurridos como un corte inglés o un decathlon, donde la persona (vendedor o reponedor) que está al cargo de esa sección tiene, sin faltar al respeto, una escasa idea del tema y no puede asesorar como es debido. Con este panorama de presión comercial y facilidad de adquisición se está pudiendo observar un auge en la auto-suplementación.
Ni mucho menos estoy condenando el uso de este tipo de ayudas, pues bien es cierto que hay varias que están bien respaldadas científicamente y que ciertamente pueden suponer un incremento del rendimiento deportivo, una mejoría del estado de salud o simplemente un mayor bienestar subjetivo del deportista. Sólo estoy pidiendo que impere la lógica y a modo de conclusiones finales decir que:
- Hay una gran oferta de ayudas ergogénicas: algunas son efectivas y otras no.
- Las efectivas lo son probablemente sólo en un grupo reducido de personas con unas características morfológicas y metabólicas determinadas, y en la práctica de un tipo de esfuerzo concreto.
- No se deben extrapolar los efectos de un individuo a otro. Debe existir una individualización total.
- La gestión de las pautas nutricionales y la prescripción de ayudas ergogénicas está en manos del médico o nutricionista especializado en deporte.
- Las cantidades a ingerir y la frecuencia de uso de los suplementos no puede ser arbitraria. Deben seguirse las instrucciones del producto y del experto del tema.
- El uso de suplementos deportivos siempre se debe acompañar de unos buenos hábitos alimenticios y una correcta pauta de entrenamiento (solos jamás harán ningún efecto).
Para los interesados en esta apasionante disciplina, recomiendo la visita de un blog personal elaborado por el Dr. Villegas, médico especialista en medicina del deporte y catedrático de fisiología. En este blog se trata de una manera científica y veraz toda la temática de ayudas ergogénicas y nutrición deportiva.